de la curadora

Convivir, colaborar, producir e exponer. Cuatro acciones que configuran la base de este proyecto que pretende tejer una red de encuentros entre artistas residentes en Brasil y Argentina. La propuesta es pensar y degustar las ciudades de Buenos Aires y Río de Janeiro, atendiendo a la interacción de sus escenas urbanas y artísticas.
La participación de los seis artistas invitados consiste en una incursión por la ciudad durante cuarenta días con el objeto de experimentarla. El proyecto, cuya primera etapa acontece en Buenos Aires, procura ser un laboratorio de procesos, instigaciones y posibilidades, donde el artista se adentre por nuevos caminos e investigue los antiguos. Para los curadores rige la misma premisa: participar de todo el proceso de elaboración de la obra -desde la idea al resultado- y estar presente en el contexto de residencia artística como un miembro más. La posibilidad de realizar una curaduría donde es posible acompañar de cerca la investigación del artista para la realización de su trabajo, y donde el diálogo entre los participantes se torne algo transparente para el público, convierte esta exposición en un estudio de interacciones en espacios y procesos de colaboración.
Belén Gunset, Daniel Murgel, Federico Zukerfeld, Joana Traub Cseko, Loreto Garín y Yuri Firmeza convergen sus producciones en un mismo punto: la búsqueda de una mirada crítica y sensible de lo real a partir de sus universos individuales. A pesar de ser artistas con lenguajes e intereses dispares entre sí, abordan de manera lúcida debates e inquietudes políticas, sociales, culturales y mercadológicas, sin prescindir de la atención estética. El proceso curatorial sigue la idea de una reflexión sobre el trabajo colectivo y la convivencia entre personas, donde lo importante para la selección final no fue solamente el conjunto de la obra sino también el individuo-artista.
En el período de residencia realizado en el hostal El Aleph, los artistas descubrieron el barrio de San Telmo, transitaron por la ciudad de Buenos Aires y absorbieron su dinámica social para producir sus obras a partir del contacto con este ambiente. Aun para los artistas que viven en la ciudad, el estímulo de pensarla y la manera de habitarla fueron fundamentales para el desarrollo de sus propuestas. El incentivo por parte de la curaduría para una auténtica inserción de los artistas extranjeros en la escena artística local se presenta como un factor considerable para la aprehensión de otra cultura y un mejor entendimiento de la lógica vigente en el circuito del arte porteño y de sus prácticas relacionales.
Es importante destacar el apoyo recibido para la realización de esta primera etapa de Arte In.Loco, sin el cual este proyecto no hubiera sido posible: desde las galerías brasileñas que financiaron el viaje de sus artistas a los amigos, colegas y extraños que acompañaron o donaron obras para los eventos de recaudación de fondos en los dos países. Esta clase de colaboraciones son esenciales para un mayor nivel de intercambios entre profesionales del arte, especialmente en un contexto económico como el latinoamericano. Se espera que otras situaciones como éstas se repitan para que más artistas puedan realizar residencias, conocer diferentes culturas y profundizar sus investigaciones.
Nos espera el viaje a Río de Janeiro el próximo año. Cerrar el ciclo y acercar aún más Brasil a la Argentina y la Argentina a Brasil a través de la mirada de estos seis artistas.

Beatriz Lemos